Puedes levantar pesas, correr y tomar batidos de proteína, pero si en tu cuerpo hay un agujero en cuanto a vitaminas, todo tu estilo y masculinidad pueden desmoronarse como una mancuerna barata en el gimnasio.
Puedes levantar pesas, correr y tomar batidos de proteína, pero si en tu cuerpo hay un agujero en cuanto a vitaminas, todo tu estilo y masculinidad pueden desmoronarse como una mancuerna barata en el gimnasio.
Olvida ese viejo cliché de que la falta de vitaminas es cosa de abuelas y farmacias. En realidad, la carencia de micronutrientes esenciales puede manifestarse con síntomas raros, casi invisibles, que probablemente ya notaste, pero que nunca relacionaste con la alimentación. Es hora de poner orden. Aquí tienes 8 señales que tu cuerpo te lanza cuando grita: “¡Hermano, me faltan nutrientes!”
No es solo por no dormir. El posible culpable: la falta de vitamina A. Esta se encarga de mantener la hidratación ocular. Si te pican, arden o tienes que parpadear constantemente — toca incluir más zanahoria, hígado y huevos en tu dieta.
¿Te aparecen heridas dolorosas? ¿La lengua se ve rojiza o muy pálida? Sospecha de las vitaminas del grupo B, especialmente B9 y B12. Ellas cuidan las mucosas y la regeneración de tejidos. Sin ellas, hasta una pequeña herida se convierte en una novela de una semana.
Si tu piel se pone sensible como de princesa y te salen moretones hasta con un pequeño roce — revisa tus niveles de vitaminas C, K y E. Ellas mantienen tus vasos sanguíneos en forma. Especialmente la C, tu aliada número uno para sanar rápido.
Probablemente es por la vitamina D. No es solo la “vitamina del sol” — también regula el nivel de serotonina. Si te sientes decaído, apático o nada te entusiasma — necesitas sol y pescado graso urgentemente.
Aquí entran en juego la vitamina E y la B12. Ellas son responsables de la coordinación y del sistema nervioso. Sin ellas, el equilibrio, la marcha e incluso el habla pueden volverse inestables.
Si se te acalambran las piernas o los dedos en los peores momentos — puede ser por falta de vitaminas del grupo B y vitamina D. El problema es la mala conducción nerviosa y la absorción deficiente de calcio. El plátano no basta — necesitas una dieta completa y tal vez análisis médicos.
¿Te mareas seguido? No es por exceso de café ni falta de sueño. De nuevo aparecen el B12 y la D. Su carencia provoca una especie de asfixia cerebral y desajustes en el equilibrio. Resultado: debilidad, palidez, “estrellitas” en la vista y otros “encantos”.
Aquí también entra en juego la vitamina C. Es tu aliada principal en la cicatrización. Si no la tienes en cantidad suficiente, hasta un pequeño corte puede convertirse en una larga historia.
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