En el mundo empresarial, es común cometer un error grave: considerar el ascenso como una recompensa al buen desempeño. Sin embargo, un gran especialista no siempre se convierte en un líder eficaz. La gestión es una profesión en sí misma, que requiere habilidades específicas que no todos poseen.
Muchas empresas tienen gerentes ineficaces que:
- No saben comunicar claramente las tareas.
- Practican la microgestión, controlando cada detalle.
- Se apropian del éxito del equipo.
- Crean un ambiente de miedo e inseguridad.
- No valoran el esfuerzo de sus empleados.
- Hacen que el entorno de trabajo sea difícil.
Se suele pensar que "aprenderán sobre la marcha". Pero liderar requiere experiencia y ciertas cualidades personales sin las cuales incluso un especialista brillante puede fracasar.
Por qué un buen especialista no siempre es un buen líder
Imaginemos este escenario: Un programador desarrolla código limpio, cumple los plazos y apenas comete errores. Se considera para un puesto de líder de equipo, pero hay dudas:
- Le cuesta comunicarse de manera efectiva.
- Prefiere trabajar solo en lugar de en equipo.
- Evita situaciones que requieren negociación y flexibilidad.
Si lo ascienden sin preparación, la empresa puede perder un gran especialista y ganar un mal gerente.
Cómo preparar a los futuros líderes
Para que las promociones sean realmente efectivas, las empresas deben desarrollar líderes de manera estratégica:
- Evaluar habilidades técnicas y de liderazgo. No basta con querer ser gerente, hay que demostrar capacidad para gestionar personas y tomar decisiones.
- Fomentar las habilidades interpersonales. Un líder debe saber comunicarse, resolver conflictos y trabajar en equipo.
- Brindar formación y desarrollo. Antes de promover a alguien, se le puede enviar a cursos de liderazgo y comunicación para evaluar su evolución.
Si las empresas consideran los puestos de liderazgo como un paso automático en la carrera sin la debida preparación, corren el riesgo de reducir su eficiencia y perder talento valioso. Ser líder debe ser una decisión estratégica, no solo un ascenso más.