Cuando alguien intenta socavar tu autoridad, es fácil frustrarse y enojarse. Pero reaccionar emocionalmente solo confirma las palabras de tu oponente.
Cuando alguien intenta socavar tu autoridad, es fácil frustrarse y enojarse. Pero reaccionar emocionalmente solo confirma las palabras de tu oponente.
Hay varias maneras de dejar claro que su comportamiento es inaceptable, mientras mantienes tu dignidad y te presentas como una persona madura, inteligente y segura de sí misma.
Mantener la calma es el cincuenta por ciento del éxito cuando alguien trata de socavar tu autoridad. Hace que tu oponente dude de su capacidad para molestarte y lograr su objetivo. Además, enojado, puedes decir o hacer cosas de las que te arrepentirás después.
En lugar de irritarte y responder de inmediato a comentarios desagradables, da un paso atrás, tómate un tiempo para calmarte y reunir tus pensamientos.
Enfrenta la situación directamente con la persona que la creó. No dejes que esto se convierta en un comportamiento pasivo-agresivo, venganza o arrogancia.
Acércate a la persona que intentó socavar tu autoridad y reconoce que te diste cuenta de sus intenciones. Habla de manera breve y clara: "Noté que me contradecías durante la conversación e intentabas hacer que mi opinión pareciera insignificante. ¿Por qué?" La mayoría de las personas que tratan de hacernos la vida difícil se sienten incómodas en estos momentos. Esto podría llevarlos a reconsiderar su enfoque, no repetir acciones similares e incluso disculparse.
A menudo, los intentos de socavar la autoridad de alguien provienen de las inseguridades de la otra persona. Sus palabras y acciones pueden parecer un ataque, pero podría ser simplemente un comportamiento social poco saludable que proyectan de manera inconsciente.
Intentan afirmarse a tus expensas porque no se gustan a sí mismos o no creen que sean lo suficientemente buenos. Por eso no debes tomar sus ataques como algo personal. Recuerda que las acciones de los demás siempre dicen más sobre ellos que sobre ti.
Determina y establece límites claros en la comunicación para hacerle saber a la persona que no permitirás que nadie socave tu autoridad. Puedes decir: "En el futuro, agradecería que me expresaras tus preocupaciones en privado, en lugar de hacerlo frente a todo el equipo".
Si la persona cruza estos límites, recuérdale que su comportamiento es inaceptable. Además, ten un plan de respaldo en caso de que la situación se agrave, para que puedas mantener la calma y resolverla rápidamente.
Las personas que intentan socavar nuestra autoridad buscan desencadenar nuestras emociones. Por lo tanto, cuando te defiendas, habla el lenguaje de los hechos, no de los sentimientos.
Primero, esto demuestra a tus atacantes que su plan ha fallado y que sus palabras no te han afectado. Segundo, la evidencia objetiva siempre pesa más que tratar de convencer a otros de que simplemente confíen en tu palabra.
Además, si alguien intenta socavar tu autoridad con regularidad y tú le respondes con hechos, los demás lo notarán. Su confianza no flaqueará en ti, sino en la persona que te ataca.
Si un compañero de trabajo amenaza tu autoridad, documenta los incidentes, incluyendo la hora, el lugar y cualquier testigo. Esto será útil si la situación empeora o si la gerencia se involucra debido a sus acciones.
Los conflictos entre dos personas se resuelven mejor en privado, pero a veces eso no funciona, y debes hablar en público.
Si alguien intenta socavar tu autoridad en un grupo de amigos o colegas, responde de inmediato. No dejes que sus declaraciones falsas parezcan creíbles y queden sin respuesta. Corrígelos con tacto, pero no entres en una confrontación.
Si no lo haces, otros pueden creer sus palabras, y será mucho más difícil restaurar tu reputación más tarde.
El problema con los comentarios que socavan la autoridad es que pueden parecer un consejo o una simple declaración. Para mostrarle a la persona que entiendes sus verdaderas intenciones, debes exponerlas.
Aquí tienes un simple ejemplo de diálogo con alguien que intenta socavar tu autoridad:
Al responder de esta manera, demuestras que entiendes sus intenciones y los acorralas.
Esencialmente, estás diciendo: "¿Por qué me estás criticando?" pero sin decirlo directamente. Ahora tendrán que inventar una excusa o admitir su intento de criticarte y luego retroceder.
Si retroceden, felicidades: has ganado. Si no lo hacen, sigue acorralándolos hasta que se sientan tan incómodos que intenten terminar la conversación o cambiar el tema.
Si la persona sigue socavando tu autoridad y no muestra señales de cambiar su comportamiento, puede que sea hora de escalar el problema.
Por ejemplo, habla con tu jefe sobre un compañero que está cruzando límites, pero asegúrate de llevar pruebas de su mala conducta.
Sin embargo, solo deberías hacer esto después de haber intentado resolver el problema por tu cuenta, para no dañar tu reputación ante tus superiores.
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