Se suele decir que no hay nada peor en el trabajo que un jefe abusivo que aterroriza a sus empleados con agresiones. Pero, según los científicos, hay algo peor. Un nuevo tipo de liderazgo tóxico — el "jefe bueno-malo" — destruye la moral del equipo de manera más sutil pero más profunda.
Se suele decir que no hay nada peor en el trabajo que un jefe abusivo que aterroriza a sus empleados con agresiones. Pero, según los científicos, hay algo peor. Un nuevo tipo de liderazgo tóxico — el "jefe bueno-malo" — destruye la moral del equipo de manera más sutil pero más profunda.
Un estudio con 650 empleados de Estados Unidos y Europa identificó este fenómeno. El "jefe bueno-malo" alterna entre arrebatos agresivos y liderazgo ético. Un día grita a sus empleados y al siguiente los elogia y les promete apoyo.
¿Por qué es peligroso? Los cambios constantes de humor de este tipo de jefe provocan agotamiento moral, estrés e incluso desmoralización del equipo. Los empleados se sienten como si caminaran sobre cáscaras de huevo, sin saber qué versión del jefe encontrarán cada día.
Peor aún, este estrés puede afectar incluso a quienes no han experimentado directamente el comportamiento tóxico del jefe. La atmósfera inestable genera tensión que infecta a todo el equipo.
Según el doctor Haoying Xu, autor principal del estudio, las organizaciones suelen ignorar este tipo de comportamiento. Si la agresión es ocasional y no constante, suele considerarse tolerable. Sin embargo, los científicos han demostrado que esta imprevisibilidad puede causar más daño que un liderazgo consistentemente duro.
Los problemas con los jefes pueden ser variados, pero recuerda que tu bienestar psicológico es tan importante como tu salario y tu crecimiento profesional. No te calles: podrías cambiar la dinámica tóxica para mejor.
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