Todos conocemos esa sensación: pasar más tiempo en el trabajo que en casa, y que tu familia solo te recuerde por fotos de hace cinco años. Te has convertido en esa persona cuyas redes sociales están llenas de citas motivadoras sobre trabajar más y ser productivo, convencida de que quienes no pasan noches en la oficina acabarán en un refugio para personas sin hogar.
Todos conocemos esa sensación: pasar más tiempo en el trabajo que en casa, y que tu familia solo te recuerde por fotos de hace cinco años. Te has convertido en esa persona cuyas redes sociales están llenas de citas motivadoras sobre trabajar más y ser productivo, convencida de que quienes no pasan noches en la oficina acabarán en un refugio para personas sin hogar.
Pero, ¿y si vas por el camino equivocado? Aquí tienes cinco razones por las que es hora de dejar de obsesionarse con la productividad y empezar a vivir de verdad.
Te han dicho que trabajes duro ahora para disfrutar del lujo en el futuro. Pero la realidad es que puede que nunca tengas esa oportunidad. La vida es impredecible: tus ahorros pueden desaparecer en un instante y ese sueño de beber cócteles en la playa puede quedar sin cumplirse. Pregunta a tus abuelos cuántas veces lo han perdido todo y entenderás por qué es arriesgado vivir solo para un futuro incierto.
Los programadores, conocidos por su inteligencia y altos salarios, priorizan el equilibrio entre trabajo y vida personal sobre las largas horas de trabajo. Si ellos valoran trabajar de manera más inteligente, no más arduamente, ¿por qué no tú? Si tu nombre no está en la lista de Forbes después de años de agotamiento, es hora de cuestionar por qué trabajas tanto. El trabajo duro debería generar resultados, no solo cansancio.
Las horas extras y el trabajo en fines de semana pueden perjudicar seriamente tu salud. Trabajar sin parar puede parecer el camino rápido al éxito, pero también es el camino rápido hacia el estrés, las enfermedades cardíacas y los problemas de salud mental. En Japón, incluso existe un término para la muerte por exceso de trabajo: karoshi. Trabajas para una vida mejor, pero podrías estar perdiendo la que ya tienes.
Según el profesor Morten Hansen de la Universidad de Berkeley, los mejores empleados comparten cualidades que no tienen nada que ver con el trabajo duro constante. Encuentran las formas más simples y rápidas de resolver problemas, se concentran profundamente en menos tareas y priorizan su trabajo. La eficiencia, no el esfuerzo interminable, es la clave del éxito. A veces, un poco de pereza es el mejor camino a seguir.
Puede que sea satisfactorio alardear de las noches tardías en la oficina, pero recuerda: la obsesión por el trabajo beneficia a tu empleador, no a ti. La humanidad luchó por la jornada laboral de ocho horas para que tengamos tiempo para vivir. No desperdicies ese tiempo pegado a tu escritorio. Tu tiempo personal es tan valioso como tu trabajo.
Deja de perseguir la productividad y comienza a vivir. Tu yo del futuro te lo agradecerá.
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