El marketing es un arte donde ideas aparentemente simples pueden convertirse en herramientas poderosas, capaces de cambiar la percepción de un producto y una marca. A menudo, ni siquiera nos damos cuenta de cómo caemos bajo la influencia de estas brillantes estrategias. En este artículo, analizamos 10 ejemplos impactantes de cómo las empresas han utilizado el marketing de manera ingeniosa y efectiva para engañar no solo a sus competidores, sino también a nosotros, los consumidores.
El marketing es un arte donde ideas aparentemente simples pueden convertirse en herramientas poderosas, capaces de cambiar la percepción de un producto y una marca. A menudo, ni siquiera nos damos cuenta de cómo caemos bajo la influencia de estas brillantes estrategias. En este artículo, analizamos 10 ejemplos impactantes de cómo las empresas han utilizado el marketing de manera ingeniosa y efectiva para engañar no solo a sus competidores, sino también a nosotros, los consumidores.
Cuando Red Bull entró en el mercado, se enfrentó a gigantes como Coca-Cola y Pepsi. En lugar de seguir el camino tradicional y competir directamente, Dietrich Mateschitz eligió un enfoque diferente: aumentó el precio de su producto, redujo el tamaño de la lata, dándole forma de batería, y la colocó en lugares poco convencionales dentro de las tiendas. Esto generó curiosidad y destacó a Red Bull. Los consumidores lo percibieron como un producto premium, aunque era solo una bebida energética ordinaria.
El servicio de taxi canadiense Mike adoptó un enfoque inusual para atraer a los clientes. En lugar de publicidad estándar, la empresa produjo guías de la ciudad con recomendaciones de cafés, bares y otros lugares que sus clientes frecuentaban. Así, el servicio de taxi se convirtió en parte de la cultura de la ciudad, ofreciendo información útil mientras promocionaba discretamente sus servicios.
Antes del estreno de la tercera temporada de Game of Thrones, HBO lanzó una poderosa campaña de marketing centrada en los dragones. Una enorme sombra de dragón apareció en portadas de revistas, páginas de periódicos e incluso se proyectó en edificios. Esta imagen se quedó grabada en las mentes de las personas, creando una expectativa constante para la próxima temporada. Como resultado, era imposible no pensar en dragones y en la serie.
Marlboro no solo cambió la industria del tabaco con su producto, sino también con su empaque. Los paquetes blandos estándar ocultaban la marca a la vista. Marlboro introdujo un nuevo formato: una caja de cartón con una tapa abatible. Los fumadores tenían que sacar las cajas en público, convirtiéndose en anuncios ambulantes. Este diseño sigue siendo el estándar en la industria del tabaco hoy en día.
IKEA influye magistralmente en nuestro comportamiento de compra con sus tiendas bien diseñadas. Los caminos sinuosos que guían a los clientes por toda la tienda los obligan a ver cada producto al menos tres veces. Esta ingeniosa estrategia de marketing aumenta la probabilidad de realizar una compra, incluso si el producto no era necesario en un principio.
Harley-Davidson no solo creó motocicletas, sino que fabricó un símbolo de libertad y poder. La empresa ofreció importantes descuentos a los clientes que se tatuaran su logotipo. Esta estrategia convirtió a los clientes de Harley en anuncios vivos, consolidando el estatus icónico de la marca.
En la década de 1960, Alka-Seltzer enfrentó el desafío de aumentar las ventas. En lugar de campañas publicitarias complejas, los mercadólogos simplemente mostraron en anuncios que para obtener el mejor efecto, debías colocar dos pastillas en el agua en lugar de una. Esto duplicó instantáneamente sus ventas. El mismo truco se utilizó en anuncios de champú, donde se animaba a los consumidores a aplicarse el champú dos veces para obtener mejores resultados.
Pampers revolucionó el cuidado del bebé gracias a Victor Mills, quien quería facilitar su vida al reemplazar los pañales reutilizables por desechables. Su invento para P&G se convirtió en un producto sinónimo de comodidad, convirtiendo a Pampers en un nombre familiar.
Cuando Snickers llegó a Rusia en 1992, se comercializó como un sustituto del almuerzo. Sin embargo, los consumidores no tomaron en serio la idea. La agencia creativa BBDO Moscow reposicionó Snickers como un dulce para adolescentes a quienes les gustaban los dulces y no se preocupaban mucho por la sopa. Este simple cambio de marketing abrió las puertas al éxito.
Cuando Starbucks compró al competidor Seattle's Best, en lugar de cerrarlo, mantuvo la marca bajo el concepto de "anti-Starbucks": muebles, ambiente y café diferentes. Esto dividió a la audiencia en dos grupos: los amantes de Starbucks y sus críticos. Pero al final, ambos grupos trajeron dinero... a Starbucks. Un movimiento inteligente que permitió a la empresa capturar incluso a aquellos que no les gustaba.
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