Todo el mundo cree que los empresarios toman decisiones basadas exclusivamente en cálculos, modelos e hipótesis respaldados por datos verificados. Pero aquí está el detalle: eso no es cierto. A veces tomamos decisiones simplemente porque... bueno, "parece lo correcto." ¿Suena ridículo? Tal vez. Pero funciona.
Todo el mundo cree que los empresarios toХорватскийman decisiones basadas exclusivamente en cálculos, modelos e hipótesis respaldados por datos verificados. Pero aquí está el detalle: eso no es cierto. A veces tomamos decisiones simplemente porque... bueno, "parece lo correcto." ¿Suena ridículo? Tal vez. Pero funciona.
Voy a ser honesto: cuando decido si invertir en el Proyecto A o en el Proyecto B, muchas veces no puedo explicar racionalmente por qué elegí uno sobre el otro. Por ejemplo, tal vez me gustó el sombrero del fundador, grande y desaliñado. ¿Es absurdo? Claro que sí. Pero puede ser decisivo. ¿Racional? No. ¿Efectivo? A veces.
Vivimos en un mundo donde la lógica y la intuición coexisten. Los negocios no son tan estructurados como la medicina, donde los datos estandarizados se analizan perfectamente. En los negocios hay demasiado caos y demasiadas variables que no pueden cuantificarse. Incluso la inteligencia artificial más avanzada no puede captar lo que significa "tener un presentimiento."
Un momento clave es este: si sientes que un proyecto no cuadra, es hora de pausar. A veces, avanzar no es la respuesta. En su lugar, da un paso atrás, recopila más datos y espera el momento en que la intuición pueda ser reemplazada por cálculos fríos.
Entiende esto: los negocios no son matemáticas. No se trata solo de habilidades, sino de ese mágico sexto sentido. Un campeón olímpico entrena para un objetivo desde la infancia. Pero un emprendedor... simplemente se lanzó al caos un día. Nadie nos enseñó esto. Perdimos tiempo, dinero y paciencia, pero ¿sabes qué? Seguimos adelante y estamos ganando.
Y esa es la magia de los negocios. Mientras otros analizan números, nosotros percibimos oportunidades. Sí, es impredecible. Sí, no siempre funciona. Pero cuando funciona, es increíble. Y te das cuenta de que estás en este juego por una razón.
No temas confiar en tu intuición, pero no olvides usar la lógica. La intuición es como el ingrediente secreto de un cóctel: agrégalo en el momento y cantidad justos, y tu proyecto se convierte en la obra maestra que otros solo pueden soñar.
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