¿Qué pasaría si viviéramos la vida al revés? Imagina esto: comienzas con el mayor problema—la muerte—pero ni siquiera la sientes, porque ya ha pasado. Fácil e indoloro.
¿Qué pasaría si viviéramos la vida al revés? Imagina esto: comienzas con el mayor problema—la muerte—pero ni siquiera la sientes, porque ya ha pasado. Fácil e indoloro.
Luego despiertas en un hogar de ancianos, y cada día te sientes mejor y mejor. Las arrugas desaparecen, las articulaciones funcionan, la energía vuelve. Estás tan saludable que te echan de allí!
Después viene la jubilación. Nada de trabajo, solo disfrute—viajes, hobbies, paseos tranquilos. Pero luego empiezas a trabajar… y en tu primer día te regalan un reloj de lujo, flores y un bono. Todos te respetan, tu jefe es tu mejor amigo. Cada año de trabajo te hace más joven, fuerte y seguro de ti mismo.
Luego llega la mejor parte. Eres libre, sin preocupaciones, disfrutando de fiestas, alcohol y sexo. Tu vida es pura adrenalina, y todavía te esperan los años de escuela.
Vuelves a ser adolescente, pero sin acné ni inseguridades. Solo deporte, diversión y primeros amores. Luego la infancia: jugar, correr, sin preocupaciones.
Después llega la infancia dorada. Sin estrés, solo juguetes, dulces y risas. Cada día te haces más pequeño mientras el mundo se hace más grande y emocionante.
Y luego entras en un paraíso—un lugar cálido y acogedor con comida a tu disposición y todas las comodidades. Solo te relajas en total seguridad. Todo se va apagando, el mundo se encoge, la luz disminuye…
Y al final—¡una explosión de emociones increíble! Todo desaparece en un orgasmo fantástico.
No suena tan mal, ¿verdad?
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