Te despiertas por la mañana, te giras hacia tu novia y... sientes que el mundo ya no será el mismo. Ayer te encantaba cómo movía graciosamente la nariz, y hoy te molesta el simple hecho de que respire.
Te despiertas por la mañana, te giras hacia tu novia y... sientes que el mundo ya no será el mismo. Ayer te encantaba cómo movía graciosamente la nariz, y hoy te molesta el simple hecho de que respire. ¿Qué demonios está pasando? No entres en pánico. No es el fin del mundo ni una señal de que te has convertido en un monstruo. Es posible que simplemente te hayas encontrado con lo que los psicólogos llaman el síndrome de repulsión súbita. Y sí, es real.
Es una condición en la que, de repente, empiezas a sentir una fuerte irritación o incluso aversión hacia tu pareja, con quien antes todo iba bien. Y no es porque ella haya cambiado de repente. Simplemente, algo en tu cabeza hizo "clic".
Puede ser cualquier cosa: cómo mastica, cómo habla, cómo parpadea. Su "dulce hábito" de llamarte "conejito" de repente te da ganas de saltar por la ventana. ¿Te suena familiar?
Antes, su forma de reír te parecía encantadora, pero ahora te recuerda al sonido de una cafetera rindiéndose bajo el estrés matutino. Es normal: nuestro cerebro se adapta, y lo que antes nos fascinaba se convierte en ruido de fondo. Y el ruido de fondo, como sabemos, a veces irrita.
Ella es madrugadora, tú eres noctámbulo. Ella adora planificar, tú vives según el principio de "que sea lo que tenga que ser". Las constantes pequeñas diferencias pueden acumularse como el polvo debajo del sofá. Parece que no están ahí, pero luego no puedes dejar de estornudar.
Ella prometió lavar los platos, pero no lo hizo. Dos veces. Luego llegó tarde a una cita. Tres veces. Como resultado, en tu cabeza se activa el modo "Ella me está fallando". A partir de ahí, tu cerebro comienza a buscar motivos para la irritación en piloto automático.
El estrés intenso une... o separa. Si han pasado juntos por algo difícil —una mudanza, un despido, la muerte de un ser querido—, tu cerebro puede asociar a tu novia con ese dolor. Y aunque ella no tenga la culpa, simplemente está... demasiado presente en tus recuerdos negativos.
Te molestó cuando ella no apoyó tu idea de ir a la montaña. O cuando llamó a tu camiseta "infantil". Te lo tragaste. Y lo volviste a hacer. Y ahora tu archivo interno abre la carpeta "Ofensas 2023" y lanza el proyecto: "Odio todo".
Cuando tienes problemas en el trabajo, te duele la espalda después del gimnasio y además recibes una multa de estacionamiento, no te sorprendas si la irritación se descarga sobre quien está cerca. Incluso si ella solo dice: "Vamos a ver el programa donde cosen vestidos". ¿Ver programas ahora, cuando el mundo se desmorona?
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