Si ahora mismo estás en las “trincheras” de las citas online, te lo digo claro — no estás solo. Las crónicas de Hinge, Tinder y otras apps no son solo “like-like” y un par de citas. Es una mini batalla donde cada movimiento vale oro, y un fallo puede significar que la otra persona desaparezca sin más. “Quedamos una vez, y luego simplemente desapareció” — ¿te suena?
Si ahora mismo estás en las “trincheras” de las citas online, te lo digo claro — no estás solo. Las crónicas de Hinge, Tinder y otras apps no son solo “like-like” y un par de citas. Es una mini batalla donde cada movimiento vale oro, y un fallo puede significar que la otra persona desaparezca sin más. “Quedamos una vez, y luego simplemente desapareció” — ¿te suena?
Antes, las relaciones tenían un esquema claro: conocías a alguien en el trabajo, un bar o una fiesta, lo invitabas a salir — si había química, relación, boda, hijos, hipoteca. La vida parecía predecible. Claro, no sin problemas, pero al menos las “reglas del juego” estaban claras.
Ahora todo es diferente. Nos liberamos de la monotonía, dejamos atrás los límites estrictos y… nos perdimos. No sabemos cómo actuar, qué decir, cómo poner límites — como un soldado en el campo de batalla que intenta esquivar el fuego de francotiradores mientras cruza un pantano de incertidumbre.
Muchos temen hablar de consentimiento pensando que matará el romanticismo. Pero Ana Kirova, líder de la app Feeld, propone otro enfoque: el consentimiento no es un freno, sino un movimiento poderoso. Una simple frase como “¿Qué quieres probar ahora?” o “Estoy dentro, dime hasta dónde quieres llegar” crea un espacio de confianza y pasión.
Los diseñadores y pareja Jordan Bowen y Luca Marchetto dicen: “Sí, si sabes lo que quieres y pones límites”. Lo principal es mantener la profesionalidad y no esparcir rumores en la oficina. Las relaciones laborales y el romance pueden coexistir, pero solo si sabes mantener la distancia y la cabeza fría.
Si te pasa por la cabeza abrir la relación, ve despacio. Primero entiende por qué lo quieres. Escoge un buen momento y lugar para hablar, sin lastimar a tu pareja. Y lo más importante: prepárate para cualquier respuesta. Si no es tu camino, quizá debas buscar a alguien que comparta tus ideas.
Si tu pareja no publica fotos de ustedes en Instagram, no significa que no te quiera. Quizá simplemente valora su privacidad o no quiere dramas por likes y comentarios. Lo importante es no inventar historias y no medir el amor por la cantidad de “me gusta”.
Si te interesa probar algo nuevo —como el pegging o el sexo anal— primero infórmate, habla con tu pareja, acuerden límites y expectativas. No temas explorar despacio y con cuidado nuevos horizontes — lo importante es que ambos estén cómodos e interesados.
En un mundo donde los hombres quieren ser caballerosos pero justos, es clave hablar claro de dinero. No temas decir: “No voy a pagar todo yo.” Una charla honesta con tu pareja evitará resentimientos y malentendidos.
Si siguen viviendo juntos tras la ruptura, dense espacio. Organicen horarios para minimizar conflictos. Nada de pasar noches juntos para no caer en un ciclo tóxico.
Chicos, no se engañen — el brillo exterior sin confianza interna es solo una bonita fachada. Trabajen en ustedes mismos, ámense, y así atraerán a personas que realmente valen la pena.
Muchos estamos cansados del swipe infinito y las conversaciones vacías. A veces es mejor hacer una pausa y conocer gente en la vida real que perder tiempo en chats sin rumbo. Si vuelves a las apps, úsalas para organizar citas reales, no para flirteos sin fin.
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