Eres un hombre honesto, abierto y quieres ser sincero en tu relación. Pero seamos realistas: la verdad no siempre embellece la vida, especialmente si la sueltas sin filtro.
Eres un hombre honesto, abierto y quieres ser sincero en tu relación. Pero seamos realistas: la verdad no siempre embellece la vida, especialmente si la sueltas sin filtro. Hay cosas que tu novia no necesita saber, no porque quieras engañarla, sino porque así ambos evitarán conflictos innecesarios. Así que mejor guarda silencio cuando se trate de estos temas.
Aunque tu novia se haga la comprensiva y de mente abierta, no necesita saber cuántas mujeres han pasado por tu vida. Primero, porque le resultará incómodo. Segundo, porque su imaginación funciona así: cualquier ex tuya se convierte automáticamente en su rival. Así que olvídate de contar historias como: “Ah, pues con Laura una vez…”. Cuantos menos detalles, más fuerte será la relación.
No importa si tienes una familia perfecta o un completo desastre, no es necesario que le cuentes todo. No tiene por qué saber que tu tío se ha casado tres veces con la misma mujer o que la suegra de tu hermano le pone azúcar a las empanadas. Esos detalles solo generan prejuicios innecesarios y tensiones. Deja que forme su propia opinión sobre tu familia.
Sí, la honestidad financiera es importante. Pero eso no significa que tu novia deba saber cuánto gastaste en el bar con tus amigos o que este mes apostaste demasiado en criptomonedas. Es mejor que confíe en tu capacidad para manejar el dinero sin necesidad de informes detallados de cada céntimo.
Todos tenemos miedos, pero si los tuyos no afectan la relación, mejor guárdatelos. Si le tienes miedo a las arañas, no pasa nada. Pero si le confiesas que la idea del matrimonio o los hijos te aterra, prepárate para problemas. A veces, es mejor callar, sobre todo si ni tú mismo tienes claras tus emociones.
Si no soportas a su amiga Marta porque siempre se cree más lista que los demás, mejor guárdatelo. A las mujeres no les gusta que critiquen a su círculo cercano. Si te dedicas a hablar mal de sus amigos, lo más probable es que se enfade. La única excepción es si alguien realmente está afectando negativamente su relación, pero en ese caso, usa argumentos, no emociones.
Hablar de una ex es jugar con fuego. Nunca digas lo bien que cocinaba tu ex o lo divertido que era salir con ella. Cualquier comentario sobre el tema hará que tu novia sienta que la estás comparando. Si no puedes evitar la conversación, sé breve y sin emociones. Y jamás digas algo como: “Mi ex tenía el pelo igual que tú” — eso es una receta segura para una pelea.
Contar anécdotas graciosas está bien. Pero si la historia es del tipo “me emborraché en la oficina y dormí en el almacén”, mejor resérvala para tus amigos. Tu novia debe verte como un hombre en quien puede confiar, no como alguien que colecciona fracasos.
Aunque te regale un suéter horrible que jamás te pondrás, sonríe y di “gracias”. Si no te gusta, póntelo una vez al año y finge que es cómodo. Las mujeres valoran más tu reacción que el regalo en sí. Si quieres que en el futuro elija algo mejor, dale pistas sutiles sobre lo que te gusta, pero sin decir que su elección ha sido un desastre.
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