Vives la vida en piloto automático. Trabajas, pagas cuentas, te encuentras con amigos según el horario, a veces vas al mar, y a la típica pregunta «¿Qué tal?» respondes seguro: «Bien». Pero el problema es que ese «bien» se ha convertido hace tiempo en un fondo sordo y melancólico. Y en algún momento te sorprendes preguntándote: ¿cómo llegué hasta aquí?
Vives la vida en piloto automático. Trabajas, pagas cuentas, te encuentras con amigos según el horario, a veces vas al mar, y a la típica pregunta «¿Qué tal?» respondes seguro: «Bien». Pero el problema es que ese «bien» se ha convertido hace tiempo en un fondo sordo y melancólico. Y en algún momento te sorprendes preguntándote: ¿cómo llegué hasta aquí?
Veamos qué señales indican que tu vida se desliza de manera imparable hacia el abismo.
Si en los últimos años no has mejorado tus habilidades, desarrollado nuevas competencias, aumentado tus ingresos y madurado interiormente, es una señal de alarma. No hace falta ser Elon Musk en tres áreas a la vez. Pero si no hay progreso en ningún ámbito, simplemente estás estancado.
Mañana: café. Trabajo. Noche: sofá. Todas las decisiones son automáticas, todas las rutas ya trazadas, todo previsible. ¿Cómodo? Sí. ¿Pero estás viviendo realmente? Gran duda. Porque el piloto automático no sabe a dónde quieres ir. Solo mantiene el rumbo hacia «algún lugar».
Comida, nuevas zapatillas, gadget — ¿y eso es todo? Si tus metas no van más allá de «comprar-gastar-consumir», te estás anulando a ti mismo. Los sueños de proyectos reales y aventuras se reemplazan por fantasías del tipo «algún día seré…» — y los años pasan mientras sigues «preparándote» para un gran evento.
Economía, país, jefe, clima, Mercurio retrógrado — siempre tienes una lista de culpables. Cómodo, ¿verdad? Solo un problema: con esa actitud, te condenas voluntariamente a la estancación eterna.
Con la edad parece que obtienes más posibilidades, pero al mismo tiempo pierdes todo tu tiempo libre en la rutina y las obligaciones. Resultado: tu «yo» interior está encerrado en algún armario, encadenado por hipotecas, créditos y expectativas ajenas.
Este sitio utiliza cookies para ofrecerte una mejor experiencia de navegación. Al navegar por este sitio web, aceptas el uso de cookies.