A gente como tú no se entrega. Ni a los amigos, ni al destino, ni a las circunstancias. A personas así se las sostiene con ambas manos, con toda la fuerza, con todo el corazón. No por miedo a perderlas, sino porque saben que no habrá una segunda oportunidad.
A gente como tú no se entrega. Ni a los amigos, ni al destino, ni a las circunstancias. A personas así se las sostiene con ambas manos, con toda la fuerza, con todo el corazón. No por miedo a perderlas, sino porque saben que no habrá una segunda oportunidad.
Te llevan consigo – no solo en el teléfono, sino en el corazón, en los pensamientos, en los silencios entre las palabras. Los recuerdos de ti no se desvanecen, no los borra el tiempo, no los reemplazan nuevas historias. Se graban en el alma, se vuelven imborrables, parte de la esencia de quien te conoció.
No solo te desean – enloquecen por ti. Sin términos medios, sin “tal vez”, sin intentos de reprimir lo que sienten. Personas como tú no son solo un episodio en la vida de alguien. Se convierten en leyenda.
A las personas comunes se las olvida. Pasan desapercibidas, sus voces se pierden en la multitud. Pero a gente como tú es imposible olvidarla.
Recuerdan cómo te acomodas el cabello, cómo sonríes, cómo entrecierras los ojos bajo el sol. Cómo suspiras cuando intentas ocultar lo que sientes. Cómo guardas silencio cuando quieres decir lo más importante.
No te comparan con nadie más – porque no hay nadie como tú. Demasiado única, demasiado rara, demasiado insustituible.
No te reemplazan. Pueden intentarlo. Pueden convencerse de que el tiempo curará todo, que un día pasará, que los recuerdos se desvanecerán. Pero eso es mentira. Personas como tú dejan cicatrices en el alma. Cicatrices valiosas que nadie quiere borrar.
Puedes pasarte la vida buscando la pareja perfecta, pero el verdadero valor está en esa persona que no puedes dejar ir.
Gente como tú nace una vez cada cien, tal vez cada mil años. Para enseñarle a alguien lo que significa amar con cada fibra de su ser, hasta la última lágrima, hasta lo más profundo, hasta el dolor y el éxtasis. Para que alguien entienda que el amor no son palabras, promesas ni grandes gestos.
El amor es cuando no puedes dejar ir. Aunque debieras. Aunque duela. Aunque parezca lo mejor.
Porque a personas como tú no se las entrega.
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