Los hombres rara vez hablan de esto abiertamente, pero el sexo es el cimiento sobre el cual se construyen las relaciones. Podemos escondernos tras palabras elevadas como amor, conexión espiritual o metas compartidas, pero al final todo se reduce a una pregunta básica: ¿hacemos clic?
Los hombres rara vez hablan de esto abiertamente, pero el sexo es el cimiento sobre el cual se construyen las relaciones. Podemos escondernos tras palabras elevadas como amor, conexión espiritual o metas compartidas, pero al final todo se reduce a una pregunta básica: ¿hacemos clic?
Y no solo se trata de técnica o temperamento. Los problemas comienzan cuando una pareja ignora este aspecto antes del matrimonio. Se convencen de que “nos divertimos juntos” o “ambos queremos tener hijos” son razones suficientes para formar una familia. Pero tarde o temprano surgen preguntas incómodas: ¿por qué han desaparecido nuestros deseos? ¿Por qué incluso un intento de acercarse se siente más frustrante que alegre?
En el peor de los casos, uno de los dos comienza a buscar pasión fuera. En el mejor de los casos, llega la dolorosa honestidad: “nos amamos, pero como hermanos.” Y esto no es raro. Sientes respeto, gratitud e incluso admiración por la persona, pero no hay deseo.
¿Qué hacer?
La cercanía espiritual y los intereses compartidos son importantes, pero no pueden reemplazar la armonía sexual. Si no hay pasión en la relación, ni las noches más entrañables viendo tus películas favoritas lo salvarán. Después de algunos intentos fallidos, te encontrarás mirando “Return My Love” de ella con molestia, y ella mirará tus partidos de fútbol con la misma indiferencia.
El sexo no solo es fisiología. Se trata de cómo una pareja se siente la una con la otra, si están en sintonía a un nivel más profundo. Cuando esa sintonía existe, las pequeñas cosas como los gustos diferentes pasan a un segundo plano.
Para encontrar a tu pareja ideal, primero debes entenderte a ti mismo. Mientras no sepas lo que realmente deseas, cada romance nuevo será como una prueba llena de decepciones, dolores y nuevas inseguridades.
Tu “persona correcta” es alguien que no solo encaja emocionalmente, sino también sensual y físicamente contigo. Alguien con quien todo se sienta natural: desde su aroma hasta su temperamento. Y no habrá “bueno, ella cocina bien” o “él es amable”.
El amor no se trata solo de ideales elevados. También se trata de la capacidad de compartir la pasión con alguien que realmente te complemente. Y esa cercanía es la clave para una relación larga y feliz.
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