El mito de que todos los hombres sueñan con mujeres que tienen medidas 90-60-90 finalmente ha sido desmentido. Científicos de la Universidad de Constanza realizaron un estudio y descubrieron que la magia de la atracción física femenina es mucho más compleja que simples proporciones matemáticas.
El mito de que todos los hombres sueñan con mujeres que tienen medidas 90-60-90 finalmente ha sido desmentido. Científicos de la Universidad de Constanza realizaron un estudio y descubrieron que la magia de la atracción física femenina es mucho más compleja que simples proporciones matemáticas. Y esto son excelentes noticias para todas nosotras.
La idea de que un índice cintura-cadera (ICC) de 0.7 hace automáticamente a una mujer atractiva proviene de la psicología evolutiva. Anteriormente se creía que estas proporciones estaban asociadas con alta fertilidad y buena salud. Pero la vida no es una fórmula, y la belleza no cabe en un marco rígido.
Un experimento publicado en Scientific Reports demostró que, aunque el ICC es importante, está lejos de ser determinante. En el estudio, los participantes evaluaron imágenes esquemáticas de cuerpos femeninos con el mismo índice pero diferentes formas. Fue entonces cuando entraron en juego las "curvas agradables", esas líneas que realmente captan la atención.
Resulta que no nos atraen números específicos, sino las formas. Por ejemplo:
Las curvas suaves y armoniosas, como las de un jarrón, reciben las puntuaciones más altas.
Una mujer puede ser voluptuosa o delgada, alta o baja, lo importante es que sus líneas corporales sean naturales y equilibradas.
Cuanto más ancho es el cuerpo, menos influye el ICC, y más importancia adquieren las curvas y transiciones suaves.
En otras palabras, la clave está en una combinación de volúmenes que crean un efecto de armonía visual. La estética natural supera a los estándares.
El hallazgo más sorprendente del estudio: la altura y el peso apenas importan. Los hombres no prestan atención a los números en la balanza o al metro de altura; ven el cuadro general. ¿Pequeña y con curvas? ¿Alta y delgada? Esto es solo el contexto, no la esencia.
Primero, es hora de dejar atrás los estándares impuestos. Estos fueron creados no por la naturaleza, sino por el marketing y la industria de la moda. Segundo, debemos recordar que la belleza no es un molde, sino individualidad. Los hombres aman lo único, no las copias.
La percepción de la belleza femenina no solo trata de las mujeres, sino también de nosotros, los hombres. Entender qué nos atrae realmente nos ayuda a no caer en ilusiones y a ser más sinceros en nuestras preferencias. Al final, valoramos lo que despierta emociones, no lo que dicta la portada de una revista.
Así que olvídate del 90-60-90. Mira la belleza real, que es mucho más profunda que los números.
Este sitio utiliza cookies para ofrecerte una mejor experiencia de navegación. Al navegar por este sitio web, aceptas el uso de cookies.