Todo hombre que alguna vez ha intentado alcanzar el éxito seguramente ha enfrentado esta sensación: "¿Y si no soy tan profesional como creo?" El síndrome del impostor es la maldición del hombre moderno, especialmente para aquellos que realmente tienen algo que ofrecer. Sorprendentemente, son a menudo los más experimentados y hábiles quienes dudan de su competencia, mientras los novatos con pocos conocimientos avanzan con c
Todo hombre que alguna vez ha intentado alcanzar el éxito seguramente ha enfrentado esta sensación: "¿Y si no soy tan profesional como creo?" El síndrome del impostor es la maldición del hombre moderno, especialmente para aquellos que realmente tienen algo que ofrecer. Sorprendentemente, son a menudo los más experimentados y hábiles quienes dudan de su competencia, mientras los novatos con pocos conocimientos avanzan con confianza hacia la cima.
Seamos sinceros: si llevas 10 años en el mercado, has trabajado en muchos proyectos y aún piensas que hay "profesionales reales" que hacen todo perfectamente, felicidades, has caído en una trampa. Sí, cometiste errores en el pasado, pero ahora probablemente haces las cosas mucho mejor que muchos a tu alrededor. Sin embargo, en lugar de valorar tus logros, prefieres bajar tus expectativas y, en consecuencia, el precio de tus servicios.
Una de las principales fuentes de duda son los recuerdos del pasado. "Cuando era más joven, pensé que sabía todo, pero estaba equivocado", piensas. Pero aquí está lo importante: cualquier persona experimentada comete errores. Es normal. Aprendes de tus fracasos, y eso te hace más fuerte. Pero en lugar de admitir que has mejorado y te has vuelto más inteligente, sigues intentando protegerte de nuevos errores cobrando una miseria por tu trabajo. La lógica es simple: "Bueno, si cobro menos, las expectativas serán menores, y habrá menos decepciones". Pero, ¿dónde está el beneficio en eso?
Y aquí está la gran pregunta: "¿Cuándo planeas empezar a ganar dinero de verdad?" Está bien, a los 20 años todavía estás aprendiendo y adquiriendo experiencia. Pero a los 30, ya es hora de cosechar los frutos. ¿Empezar a ganar en grande? ¿Aún no? Bien, a los 40, seguro que ya es el momento. Pero, ¿qué pasa si tienes 50 años y la industria está llena de treintañeros dispuestos a trabajar por menos? Si sigues posponiendo el "comienzo de las ganancias serias", corres el riesgo de quedarte con las manos vacías. ¿Cuándo planeas disfrutar de la vida, en la jubilación?
El síndrome del impostor no se trata de la realidad, sino de nuestros miedos internos. No existen "profesionales al 100%". Mañana sabrás más que ayer, y eso es natural. Pero deja de infravalorarte. Mientras te preocupas por lo que piensen los clientes o la sociedad, alguien menos calificado está cobrando tres veces más por servicios mediocres.
Recuerda: puedes empezar a ganar dinero a cualquier edad. Cuanto antes comiences a valorar tus habilidades, más tiempo tendrás para disfrutar de las recompensas. No esperes hasta los 50 para darte cuenta de que deberías haber actuado mucho antes. Sí, habrá errores, pero también los cometen aquellos que cobran el triple por servicios mediocres. Entonces, ¿por qué esperar?
Es hora de dejar de dudar y empezar a ganar. El éxito no se trata de la ausencia de errores, sino de la capacidad de avanzar a pesar de ellos.
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