Cada hombre verdadero en el fondo quiere dejar su huella en la historia. Cambiar el mundo, crear algo grande y dejar un legado. Pero la mayoría de las personas, inspiradas por esta idea, cometen un error crucial: empiezan a hablar demasiado de ello.
Cada hombre verdadero en el fondo quiere dejar su huella en la historia. Cambiar el mundo, crear algo grande y dejar un legado. Pero la mayoría de las personas, inspiradas por esta idea, cometen un error crucial: empiezan a hablar demasiado de ello.
Muchos creen que el secreto del éxito es convencer a los demás de su visión. Escriben manifiestos, dan conferencias y reúnen seguidores. Tratan de persuadir a funcionarios, atraer la atención de los medios y declarar en voz alta cómo destruirán el viejo orden y construirán uno nuevo.
¿Y qué sucede?
Pasan los años y nada cambia. Algunos se cansan y se desvanecen en el olvido, otros se convierten en escritores de utopías cuyos libros se acumulan en las bibliotecas universitarias. Los más ingenuos son aplastados por la realidad: los competidores los sabotean, los críticos los ridiculizan o son destrozados en foros con 459 visitantes (incluidos los accesos repetidos).
Todas las grandes transformaciones ocurren sin hacer ruido. Las personas simplemente hacen el trabajo.
Mientras algunos soñadores hablaban y buscaban reconocimiento, otros simplemente trabajaban.
Si realmente quieres cambiar el mundo, hazlo en silencio.
¿Cómo?
Una vez que tu producto, negocio o idea alcance una masa crítica, todo sucederá por sí solo. Sin revoluciones, sin discursos, sin resistencia.
Así es como las personas realmente fuertes cambian el mundo.
Este sitio utiliza cookies para ofrecerte una mejor experiencia de navegación. Al navegar por este sitio web, aceptas el uso de cookies.