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Cómo mantener el optimismo después de haber vivido un duelo

Cualquier pérdida o fracaso deja una huella. La decepción, la tristeza, el arrepentimiento: son emociones naturales que surgen cuando la vida nos enfrenta a lecciones difíciles. A veces, el impacto es tan fuerte que se convierte en un verdadero duelo.

Cualquier pérdida o fracaso deja una huella. La decepción, la tristeza, el arrepentimiento: son emociones naturales que surgen cuando la vida nos enfrenta a lecciones difíciles. A veces, el impacto es tan fuerte que se convierte en un verdadero duelo. En esos momentos, parece que el mundo a tu alrededor se sumerge en la oscuridad, que todo pierde sentido y que la vida cotidiana se detiene. No es sorprendente que quienes te rodean, al notar cambios en tu estado de ánimo, intenten consolarte con frases banales como: «No te preocupes, todo irá bien» o «Pasará». La verdad es que esto ayuda muy poco.

El duelo se parece a un agujero negro: absorbe todo a su alrededor, incluidos los signos positivos del exterior. Por eso es fundamental aprender a encontrar la fuente del optimismo dentro de uno mismo, especialmente cuando parece que no hay salida.

Aceptar en lugar de evitar

Muchos perciben el optimismo como una esperanza ciega o un intento de pintar la realidad sombría con colores brillantes. Este enfoque puede ser útil, pero con frecuencia es irracional y se convierte en autoengaño. Los psicólogos aconsejan: no desvíes la mirada, no evites lo que duele. Acéptalo como parte de tu vida.

Hacerse el fuerte y fingir que todo está bien no te hace más fuerte. Al contrario, negar el duelo aumenta la presión emocional. Tarde o temprano, los cimientos se resquebrajarán y podría aparecer la depresión. Permítete vivir el duelo, la ira, el miedo. Al atravesar estas emociones, con el tiempo sentirás alivio y podrás canalizar tu energía hacia la sanación.

Objetivos a corto plazo — tu faro

Cuando parece que el mundo se derrumba, los objetivos actúan como un faro. Ayudan a no perderse y a regresar gradualmente a una vida plena. En esta etapa, es importante elegir objetivos cortos y alcanzables. No importa su magnitud: aquí la cantidad de pequeñas victorias es más importante que la calidad.

Vuelve a tu pasatiempo favorito, compra algo que desees desde hace tiempo, inscríbete en el gimnasio, toma unas pequeñas vacaciones o atrévete a cambiar de trabajo. Cada pequeño logro alimenta el optimismo. Una vez alcanzado un objetivo, pasa al siguiente. Paso a paso te alejarás del duelo hacia la alegría.

Elegir el entorno

En momentos difíciles, es crucial elegir cuidadosamente a las personas que te rodean. Reduce el contacto con amigos tóxicos y evita conversaciones o bromas negativas. En cambio, busca compañía donde tu alma pueda descansar. A veces, el silencio y la soledad son los mejores compañeros, pero no dejes que se conviertan en un aislamiento total.

El lugar también importa. Para algunos es un parque, para otros un camino rural o un estadio por la noche. Escucha tus sentimientos: ¿dónde te resulta más fácil sentir positividad — en el mar, en la montaña o incluso en un centro comercial concurrido?

No te apresures, no esperes resultados inmediatos

Después de un momento de elevación emocional, inevitablemente volverá la sensación de duelo. Nunca desaparecerá por completo: con el tiempo formará parte de tu memoria sin impedir que vivas. No te apresures. No existe un «punto de retorno», solo el futuro al que llegarás sin falta.

Reflexiona sobre ti mismo, sobre lo que es importante y lo que conviene dejar ir. El duelo no es un callejón sin salida ni un final, sino una señal de cambio. Cámbiate o adáptate gradualmente. Dentro de unos años seguirás siendo la misma persona, pero con otras preocupaciones, sueños y objetivos.

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