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Cómo celebrar el Año Nuevo cuando no sientes el espíritu festivo

La preparación para el Año Nuevo no es solo adornos y mandarinas, sino también una mezcla de emociones. Algunos están emocionados por la expectativa de un milagro, mientras que otros sienten estrés, ansiedad y agotamiento.

La preparación para el Año Nuevo no es solo adornos y mandarinas, sino también una mezcla de emociones. Algunos están emocionados por la expectativa de un milagro, mientras que otros sienten estrés, ansiedad y agotamiento. Si eres de los que no sienten el espíritu festivo, no te preocupes: estás bien y esto se puede cambiar. El Año Nuevo es el momento para poner tus deseos en primer lugar y no sobrecargarte con compromisos innecesarios. Aquí te dejamos algunas formas de dejar de preocuparte y prepararte para la fiesta.

Olvida el ideal y sé realista

La noche de Año Nuevo perfecta que imaginas puede ser la principal fuente de estrés. Los planes suelen fallar, las expectativas no se cumplen, y eso está bien. Revisa tus expectativas: no exijas lo imposible de ti mismo (ni de los demás). Deja que la noche transcurra como se dé, sin presionarte a ti ni a tus seres queridos. Quizás el mejor Año Nuevo sea justamente aquel sin planes.

Cambia el enfoque hacia ti mismo

El ajetreo de fin de año es un maratón en el que puedes perderte a ti mismo. En lugar de complacer a todos, recuerda tus propios deseos. Cómprate un regalo, haz algo agradable para ti mismo, ya sea descansar en tu lugar favorito o ver una película espontáneamente. Hazte la pregunta: "¿Qué me haría feliz en este momento?" No olvides que mereces celebrar tanto como los demás.

Establece límites

Los últimos días de diciembre son un tiempo en que te pueden pedir más atención y energía de lo habitual. Colegas, amigos, familiares, todos tienen expectativas. Pero si siempre dices "sí", terminarás emocionalmente agotado. Aprende a rechazar sin sentir culpa. La honestidad contigo mismo es más importante que el deseo de agradar a todos. Mantén el equilibrio entre generosidad y autoestima para que la fiesta sea placentera, no agotadora.

Acepta tus sentimientos

Es normal sentir alegría, tristeza y ansiedad al mismo tiempo. El Año Nuevo es un tiempo de recuerdos, esperanzas y temores. Tal vez te falte un ser querido o te preocupe el futuro. Lo importante es no ignorar esos sentimientos ni considerarlos extraños. Acepta que forman parte de tu vida y permítete experimentarlos. Cree que el 31 de diciembre traerá momentos de alegría, aunque ahora no lo veas así.

Controla solo lo que puedes

No intentes controlar todo. Muchas cosas, incluidas los planes de tus amigos y las circunstancias, no dependen de ti. Enfócate en lo que realmente puedes cambiar: tu actitud, el ambiente de tu hogar, la selección de los platos en la mesa. Si los planes se caen, abrázalo con filosofía. Mantener la calma interna es tu principal activo en este caos.

Prepárate con antelación, paso a paso

Para evitar el estrés, empieza a prepararte con antelación: un día dedica tiempo a limpiar, al siguiente a las compras y en otro día a ti mismo. Pasea tranquilamente por las calles decoradas, observa el bullicio previo a las fiestas. Esto te ayudará a mantener la calma y sentirte como un espectador distante, no un participante de la carrera.

Define lo que no quieres

Piensa qué escenario de fiesta te resulta inaceptable. ¿Pasar el Año Nuevo solo? ¿Sumergirte en una discusión con familiares? ¿Pasar la noche frente al ordenador de trabajo? Tan pronto como determines lo que quieres evitar, haz todo lo posible para que no suceda. Planea la noche alrededor de lo que te trae alegría, no irritación.

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