Hay tráilers que solo anuncian una película. Y luego están los que de inmediato declaran: esto es un evento. El tráiler oficial de «La Odisea» de Christopher Nolan pertenece sin duda a esta segunda categoría. No busca agradar al espectador, no explica ni simplifica. Te mira directamente a los ojos y dice: «Abróchate el cinturón. Será largo, duro y real».
Nolan toma el mito masculino más antiguo de la cultura occidental —la historia del regreso de un guerrero a casa— y lo transforma no en una epopeya de museo, sino en una acción existencial sobre la supervivencia, el deber y el precio que un hombre paga por su camino.
Matt Damon en el papel de Ulises no es un héroe con torso bronceado y discursos pomposos. Es un rey cansado, un guerrero exhausto, un hombre que ha estado demasiado tiempo lejos de casa. Su Ulises no es un vencedor, sino un sobreviviente. Y esto se percibe desde los primeros segundos del tráiler.
La escena inicial dentro del Caballo de Troya —estrecha, sofocante, casi claustrofóbica— marca de inmediato el tono. Sin heroísmo para la belleza del plano. Solo miedo, tensión y la conciencia de que la guerra no termina con la victoria. A veces, apenas comienza.
La emoción más fuerte del tráiler no es el miedo, sino la separación. Tom Holland en el papel de Telémaco aparece solo por un instante, pero basta para sentir el abismo entre padre e hijo. Anne Hathaway como Penélope no grita ni suplica. Su frase «Prométeme que volverás» suena como un veredicto.
No es una historia sobre el camino hacia la gloria. Es una historia sobre el camino de regreso. Sobre un hombre que debe elegir: quebrarse o llegar hasta el final, incluso si ese final significa regresar cambiado.
Si esperabas un espectáculo de CGI, pasa de largo. Nolan apuesta nuevamente por la escala, la física y la realidad. Barcos reales. Agua real. Peligro real. Las cámaras IMAX de 70 mm no solo registran la acción: te sumergen en ella.
No es sorprendente que las entradas para las proyecciones IMAX de 70 mm se agotaran antes del estreno del tráiler. Es uno de esos filmes que literalmente exige una pantalla grande. Una película que no se ve: se vive.
Por qué es importante ahora
«La Odisea» se estrenará en verano de 2026, pero da la sensación de que Nolan ha hecho una película sobre el hombre contemporáneo. Sobre el cansancio. Sobre la responsabilidad. Sobre esa brújula interna que sigue funcionando incluso cuando todo a su alrededor se derrumba.
En una época de victorias rápidas y recorridos cortos, Nolan propone una epopeya del largo viaje, donde la fuerza no está en los músculos, sino en la capacidad de no rendirse. No es una película sobre mitos. Es una película sobre la elección.

