Por qué la posición "69" no es tan buena como parece

El sexo es para disfrutar, relajarse y vivir el momento. Pero seamos sinceros: no todas las posiciones populares son cómodas. Una de las más sobrevaloradas es 69. En teoría, debería ser el equilibrio perfecto entre dar y recibir placer, pero en la práctica... tiene más inconvenientes de lo que parece.

El sexo es para disfrutar, relajarse y vivir el momento. Pero seamos sinceros: no todas las posiciones populares son cómodas. Una de las más sobrevaloradas es 69. En teoría, debería ser el equilibrio perfecto entre dar y recibir placer, pero en la práctica... tiene más inconvenientes de lo que parece.

1. Difícil concentrarse
   O das placer o lo recibes, pero hacer ambas cosas al mismo tiempo no es fácil. Es como intentar comer un buen filete mientras respondes un correo importante.

2. Dolor de cuello asegurado
   Si pasas mucho tiempo frente al ordenador, ya sabes lo que es un cuello rígido. Ahora imagina eso con una postura incómoda. Después de unos minutos, parecerá que has estado cargando cajas todo el día.

3. Uno hace más esfuerzo que el otro
   Teóricamente, los dos disfrutan por igual. En la realidad, quien está arriba trabaja el doble. Si prefieres el sexo relajado, esta no es tu mejor opción.

4. Dificultad para respirar
   Si estás abajo, prepárate para sentirte como un buceador sin oxígeno.

5. Ese número siempre causa risas
   Dices en el trabajo que hoy atendiste 69 llamadas, y seguro que alguien se ríe. Este número ya tiene una reputación...

6. Diferencia de tamaño y peso
   Si sois del mismo tamaño, puede funcionar. Si no, uno tendrá que estirarse demasiado o encorvarse incómodamente.

7. Mucha fama, poca realidad
   Hablan de "69" como si fuera la experiencia más erótica. Pero, al igual que el sexo en la ducha, suena mejor de lo que realmente es.

8. Un final incómodo
   Llegar al orgasmo en esta posición no es fácil. Pero si uno lo logra, el otro se queda en una situación bastante incómoda.

Mejor optar por algo más cómodo. El sexo es para disfrutar, no para preocuparse por la postura del cuello o la falta de aire.