Las flores no son solo plantas hermosas. Son un lenguaje especial que, lamentablemente, a veces puede ser malinterpretado.
Las flores no son solo plantas hermosas. Son un lenguaje especial que, lamentablemente, a veces puede ser malinterpretado. Puede que pienses que ir a la floristería es un paseo fácil, ¡pero espera! Primero, exploremos las trampas que acechan en este océano floral. Aquí tienes cinco errores que debes evitar para que tus flores no se conviertan en un punto de discusión, sino que, por el contrario, inspiren a tu dama del corazón.
La primera regla del negocio de las flores: no todas las flores son iguales. Piensa en cuánto conoces a tu "víctima". Si ella es una alérgica empedernida, un ramo lleno de polen probablemente provocará más estornudos que alegría. Y no pienses en regalarle un cactus; aunque sea espinoso, lo único que probablemente recibirás a cambio es un "gracias" igualmente espinoso.
Si tu chica prefiere algo más romántico, opta por rosas, tulipanes o incluso girasoles alegres. Pero ten en cuenta que algunas flores pueden tener sus propias asociaciones. Por ejemplo, las rosas rojas se asocian con el amor, mientras que las amarillas están vinculadas a los celos. Si decides hacerle un regalo "celoso", es mejor guardar las flores amarillas para otra ocasión en la que necesites hacer las paces.
Cada flor no solo se define por su tipo, sino también por la forma en que se presenta. Un ramo estándar puede ser una elección aceptable, pero a veces vale la pena considerar algo más original. Si le regalas un ramo y no una "fortaleza de flores", piensa en cómo se verá en sus manos. Si parece una colonia de pollitos, es probable que las flores pronto queden en un segundo plano, esperando ser desechadas.
Intenta elegir algo armonioso: un ramo bonito y simétrico inspirará admiración, mientras que uno asimétrico puede provocar confusión. Si no estás seguro, pide consejo a un florista. Ellos pueden ayudarte a crear algo digno, en lugar de un "curso acelerado de arquitectura floral".
En muchas culturas hay días específicos en los que regalar flores se vuelve especialmente relevante. Pero, ¿qué pasa si decides hacerlo fuera de ese calendario? Por ejemplo, no esperes a un día festivo para sorprenderla. Las flores no son solo para el Día de San Valentín o los cumpleaños; pueden ser un símbolo de atención en cualquier momento.
Sin embargo, si decides sorprenderla en un día en el que nadie más regala flores, asegúrate de justificarlo de alguna manera. Decir "solo porque sí" puede parecer demasiado aburrido. Es mejor encontrar una razón especial o ser creativo y decir: "Recordé que dijiste que te encantan las flores de primavera, así que elegí las mejores".
Las flores son maravillosas, pero sin una nota pueden convertirse en un gesto sin rostro. Si no le das un toque personal a tu regalo, esto puede generar confusión. ¿Quién no ha estado en una situación en la que regala flores y su novia pregunta: "¿Qué significa esto?" O peor aún: "¿De quién son?"
Siempre es mejor incluir una pequeña nota con una declaración de amor, una anécdota divertida o simplemente un cumplido. Por ejemplo, "Eres tan hermosa como estas flores" o "Pensé que serían una modesta adición a tu belleza". Y si quieres añadir un toque de humor, escribe algo como: "Compré estas flores para que puedas enojarte menos conmigo".
Las flores no son solo lo que das, sino también cómo lo haces. Si compraste un hermoso ramo pero lo llevas en una bolsa de supermercado, no te sorprendas si ella no lo aprecia. El empaque es lo primero que ve el receptor, y debe reflejar tu consideración por el regalo.
Puedes optar por un empaque elegante adecuado para la ocasión o visitar una floristería donde tus flores se envuelvan en un hermoso papel y se adornan con cintas. Esto no solo subraya tu cuidado, sino que también levanta el ánimo.
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