En un mundo donde los hombres enfrentan decisiones cada día —desde cuestiones triviales hasta elecciones que cambian la vida— la antigua práctica de los samuráis resulta sorprendentemente relevante. Siempre consultaban a la Muerte. No mediante rituales, misticismo o paseos por cementerios, sino de una manera profunda y honesta.
¿Qué significa “consultar a la Muerte”?
Para un samurái, la Muerte no era un enemigo, sino un compañero invisible que siempre estaba detrás de ellos. Cada acción se veía como potencialmente la última. Un samurái no podía elegir el momento de su fallecimiento, pero sí podía elegir la calidad de sus acciones. Ahí es donde reside la verdadera conciencia.
El código de honor masculino
Cuando te das cuenta de que cualquier acción podría ser la última, tu perspectiva cambia. Dejas de procrastinar, eliminas lo innecesario y actúas de manera que no te avergüences. Por eso los samuráis vivían según principios y no según impulsos aleatorios. Su regla era simple: ser un hombre de honor.
¿Es relevante hoy en día?
Los hombres modernos luchan diariamente sus propias batallas —en los negocios, el deporte y las relaciones. Consultar a la Muerte elimina las excusas y obliga a preguntarse: “Si esta fuera mi última acción, ¿me sentiría orgulloso?” Esa pregunta tiene un efecto más impactante que cualquier coach motivacional.
Por qué vale la pena recordar la práctica samurái
En un mundo lleno de ruido, opiniones y distracciones interminables, el consejero más honesto que puedes tener es la Muerte. Ella elimina lo innecesario y resalta lo esencial: tu acción de hoy es tu legado de mañana.