7 formas de hacer que cualquiera se sienta cómodo hablando contigo

Hay personas con las que las conversaciones fluyen fácilmente, como si os conocierais de toda la vida. Están sinceramente interesadas en tus pensamientos, comparten los suyos y en su compañía te sientes como en casa.

Hay personas con las que las conversaciones fluyen fácilmente, como si os conocierais de toda la vida. Están sinceramente interesadas en tus pensamientos, comparten los suyos y en su compañía te sientes como en casa. ¿Quieres convertirte en esa persona? ¡Es fácil! Sigue algunos consejos sencillos que te ayudarán a hacer que la conversación contigo sea más cómoda y agradable para los demás.

Procura estar a la misma altura que tu interlocutor

Una de las formas más efectivas de ser más accesible en la conversación es no destacar. Por ejemplo, si tu interlocutor está sentado, no te pongas de pie frente a él como si fueras una autoridad superior. Acércate y siéntate al lado. Si hablas con un niño, es mejor agacharte a su nivel. Esto creará un efecto de igualdad y reducirá la tensión, haciendo que la conversación sea más ligera y relajada.

Busca intereses comunes

Encontrar un lenguaje común no solo se trata de temas de conversación, sino también de puntos de conexión. La música, el cine, los libros, son temas universales para conversar. Incluso si vuestros gustos son muy diferentes, no será un problema. Con estos temas puedes profundizar la conversación, y ambos podrán intercambiar películas o recetas favoritas, lo que abrirá la puerta a una charla más profunda.

Haz chistes, pero con moderación

El humor es una herramienta poderosa para crear un ambiente cómodo, pero es importante mantener el equilibrio. Un chiste ligero y no intrusivo ayudará a relajar a tu interlocutor. Las historias divertidas de tu vida pueden generar confianza y mostrar que eres accesible. Sin embargo, evita el sarcasmo o los chistes autocríticos, especialmente con personas que apenas conoces. Esto creará una buena impresión de ti como una persona amigable y segura.

Evalúa el estado de ánimo de tu interlocutor y trabaja con él

Todos tenemos estados de ánimo diferentes. Si sientes que tu interlocutor no está muy hablador pero está claramente interesado en tu relato, no saques conclusiones precipitadas de que no le interesa, simplemente habla más. Es posible que le cueste intervenir, y apreciará tu ayuda. Si la persona es reservada, hazle un cumplido o menciona que te gustó su historia o alguna acción suya. Esto demostrará tu sinceridad y ayudará a establecer un tono de confianza.

Usa posturas corporales abiertas

Las señales no verbales son tan importantes como las palabras. Si cruzas los brazos o te acercas demasiado, tu interlocutor puede sentirse incómodo. Por eso, usa posturas abiertas: gira las palmas hacia arriba, relaja los hombros, siéntate recto pero no tenso. Si no estás seguro de cómo comportarte, simplemente observa a tu interlocutor y trata de "espejar" su postura después. Este gesto inconsciente creará un sentido de reciprocidad y cercanía.

Escucha más de lo que hablas

Uno de los secretos para hacer que las conversaciones sean cómodas para los demás es saber escuchar. Deja que tu interlocutor ocupe el centro de la conversación y no trates de deslumbrarle con tus historias. Puedes ser experto en algún tema, pero si atraes demasiado la atención hacia ti, es posible que a la otra persona no le guste. Déjale contar lo que le preocupa y tú solo escucha: esto ayudará a dejar una buena primera impresión y a despertar un interés genuino.

Usa palabras de apoyo

Los cumplidos están bien, pero pueden ser malinterpretados, especialmente si se refieren a la apariencia o a características personales del interlocutor. Es mejor usar palabras de apoyo y elogio por acciones, esfuerzos o logros. Por ejemplo, si un colega está dibujando, elógialo por su habilidad. Si alguien ha levantado algo pesado, destaca su fuerza. Palabras como "impresionante" o "lo hiciste genial" hacen que las personas se sientan valoradas y notadas sin generar incomodidad.