Atención, caballeros. Mientras debatimos quién ganará la próxima pelea de UFC, maridamos whisky con puros o restauramos el motor de nuestro viejo BMW, algo muy serio —y real— está ocurriendo en laboratorios del Reino Unido y Dinamarca. No es ciencia ficción. No es el tráiler de Matrix 5. Es el presente: la inteligencia artificial está empezando a crear sus propias normas sociales, sin intervención humana.
Atención, caballeros. Mientras debatimos quién ganará la próxima pelea de UFC, maridamos whisky con puros o restauramos el motor de nuestro viejo BMW, algo muy serio —y real— está ocurriendo en laboratorios del Reino Unido y Dinamarca. No es ciencia ficción. No es el tráiler de Matrix 5. Es el presente: la inteligencia artificial está empezando a crear sus propias normas sociales, sin intervención humana.
Investigadores enfrentaron entre sí a cuatro grandes modelos lingüísticos, superbots del tipo ChatGPT:
Llama-2-70b-Chat
Llama-3-70B-Instruct
Llama-3.1-70BInstruct
Claude-3.5-Sonnet
Los metieron en grupos de 24 a 200 agentes, y les asignaron una tarea extraña: jugar a elegir un “nombre” (una letra o secuencia aleatoria de caracteres). Si ambos coincidían, recibían puntos. Si no, penalización.
Nadie tenía visión global. Solo recordaban sus últimas interacciones. Sin embargo, los grupos comenzaron a alcanzar consensos espontáneos. Sin reglas. Sin líderes. Como una sociedad primitiva inventando su propio lenguaje.
No era programación rígida. Era comportamiento colectivo emergente, muy parecido al humano.
La parte más inquietante: en otro experimento, un pequeño grupo decidido de agentes de IA logró cambiar la norma del conjunto entero. Un puñado de "rebeldes" bastó para que toda la población adoptara un nuevo acuerdo.
Sí, suena familiar: punto de inflexión, masa crítica… Lo mismo que pasa en redes sociales cuando una tendencia estalla.
Porque, amigo, ya no somos los únicos que toman decisiones. Estas inteligencias no solo ejecutan órdenes: negocian, se adaptan y redefinen reglas por su cuenta.
Y si ya pueden imitar dinámicas sociales, responder a presiones del entorno y alterar comportamientos desde dentro, imagina lo que podrían hacer cuando controlen sistemas de transporte, energía, bancos… o tu casa inteligente.
No, no hace falta que te vayas a vivir al bosque con una navaja y una brújula. Pero sí deberías entender algo:
el futuro no se aproxima… ya está aquí.
Y no te va a preguntar si estás de acuerdo.
Mantente informado. La tecnología ya no es opcional, está moldeando tu vida.
No aceptes todo lo que diga la IA. Puede sonar útil, pero tiene su propia lógica interna.
Tú sigues siendo humano. No permitas que un algoritmo decida por ti.
Las máquinas están aprendiendo a ser sociedades.
La pregunta es: ¿seguiremos al mando… o seremos solo espectadores?
Y sí, sigue cambiando el aceite de tu BMW.
Por ahora, el volante todavía es tuyo.
Este sitio utiliza cookies para ofrecerte una mejor experiencia de navegación. Al navegar por este sitio web, aceptas el uso de cookies.