¿Alguna vez has notado que el mundo parece estar congelado? Todavía lanzamos satélites, hacemos descubrimientos y filmamos películas, pero todo parece más bien una variación de ideas antiguas que algo verdaderamente revolucionario.
¿Alguna vez has notado que el mundo parece estar congelado? Todavía lanzamos satélites, hacemos descubrimientos y filmamos películas, pero todo parece más bien una variación de ideas antiguas que algo verdaderamente revolucionario.
Mira las ciencias fundamentales. Física, química, matemáticas no nos han dado teorías radicalmente nuevas en los últimos cien años. Claro, ha habido aclaraciones, soluciones a problemas viejos y avances tecnológicos. Pero, ¿ha habido algo que haya cambiado por completo nuestra comprensión del universo? No.
¿El arte? También está estancado. Las películas más taquilleras de 2024 son todas secuelas. La música recicla viejos géneros, añadiendo solo brillo tecnológico. Incluso en el lenguaje, ¿has escuchado un refrán nuevo últimamente? ¿O un chiste original que valga la pena compartir con tus amigos? Los chistes parecen haber muerto, reemplazados por memes que desaparecen de las tendencias en unas pocas semanas.
¿Por qué sucede esto? Porque nos han vendido la idea de que todo debe ser práctico. El éxito se mide solo en números: ingresos, me gusta, vistas. La creatividad y los pensamientos profundos sobre la eternidad son para aquellos que supuestamente tienen tiempo libre, algo de lo que la mayoría de nosotros carece.
Y aquí está la gran pregunta: ¿qué separa al hombre del cerdo? Un cerdo vive en tres estados: comer, dormir y reproducirse. Si somos honestos con nosotros mismos, muchos de nosotros no estamos tan lejos de este guion. Nos despertamos para trabajar por un sueldo, comer y pagar por el confort, y por la noche, si nos queda energía, tratamos de recargar.
Pero el hombre siempre ha sido más que un consumidor. Hemos conquistado las estrellas, soñado con lo eterno, creado belleza y buscado el sentido de la vida. Son estas aspiraciones las que nos empujaron hacia adelante, nos dieron propósito y convirtieron los días ordinarios en una historia digna de ser contada.
¿Tal vez esto sea solo la "hora más oscura antes del amanecer"? A lo largo de la historia de la humanidad ha habido periodos de estancamiento seguidos de avances repentinos. Y cada uno de nosotros puede ser parte de ese progreso si así lo decide.
A menudo me hago una pregunta simple al final del día: ¿qué hice hoy para ser más que un organismo con tres metas? ¿Hubo un momento en que fui creativo, descubrí algo nuevo o pensé en lo eterno? Si la respuesta es "sí", entonces estoy viviendo bien. Si "no", mañana es una oportunidad para corregirlo.
No somos cerdos. Somos humanos. Y es nuestra responsabilidad seguir siendo humanos en un mundo que nos empuja a un ciclo de tres fases. Salir de este bucle no es fácil. Pero aquellos que den ese paso adelante no solo serán parte de la multitud, sino los que inspiren a otros. Y tal vez esa inspiración lleve a un nuevo amanecer para todos nosotros.
Entonces, ¿quién manda en tu vida? ¿El hombre o el cerdo? Depende de ti.
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