Vivir para ti mismo, no para los ‘me gusta’: Cómo dejar de vivir a través de los ojos de los demás

Un hombre seguro de sí mismo es aquel que vive para sí mismo, no para la admiración de otros. Pero, ¿cómo diferenciar el amor propio del amor por el dinero y el postureo? La respuesta es simple: pregúntate cuánto necesitas mostrar tu éxito a los demás.

Un hombre seguro de sí mismo es aquel que vive para sí mismo, no para la admiración de otros. Pero, ¿cómo diferenciar el amor propio del amor por el dinero y el postureo? La respuesta es simple: pregúntate cuánto necesitas mostrar tu éxito a los demás.

Has comprado una cafetera nueva. ¿Qué es lo primero que piensas? “¡Voy a publicarlo, que se mueran de envidia!” o “Voy a probar si el café es tan bueno como dicen.”? Si tu prioridad es disfrutar del momento y no acumular ‘me gusta’, felicidades: estás más cerca de entender qué es el amor propio auténtico.

Las redes sociales están llenas de publicaciones que gritan: “¡Miren dónde estoy! ¡Miren lo que compré! ¡Miren lo que puedo hacer!” Y eso es normal. Vivimos en una época donde el estatus vende más que la calidad. Pero pregúntate: ¿por qué? ¿Qué sientes al pulsar “Publicar”? Si la respuesta es “satisfacción porque los demás sentirán envidia”, es hora de replantear tus prioridades.

El verdadero amor propio es volar en clase business, no por la foto en Instagram, sino para descansar durante el vuelo. Es comprar un traje de Chanel no para las historias, sino porque valoras la calidad y te sientes increíble al usarlo. Es ir a un spa para relajarte, no para pensar en cómo lo describirás online.

Por supuesto, compartir tus éxitos es normal. A la humanidad siempre le ha gustado jugar al juego del estatus. Pero pregúntate: ¿quiero que mi vida gire en torno a las reacciones de los demás?

Vivir para ti mismo significa valorar lo que tienes, incluso si nadie más lo sabe. Disfrutar de la vida sin necesitar que todo internet lo vea. ¿Y sabes qué? Ese es el éxito verdadero, el que no se mide en ‘me gusta’.

La próxima vez que quieras publicar algo, detente un momento. Pregúntate: “¿Hago esto para mí? ¿O para los demás?” La respuesta podría cambiarlo todo.

Conclusión: Ámate a ti mismo. Y no lo hagas por aparentar.